La gaita zuliana siempre fue canto de calle, protesta y dignidad. Hoy, tres de sus voces conocidas prefirieron alinearse con el régimen de Nicolás Maduro. Lo hicieron públicamente en la Plaza Bolívar de Maracaibo, alistándose en la Milicia Nacional Bolivariana.
Los nombres que encendieron la polémica:
Endri Méndez
De niño prodigio con Háblame de Maracaibo a figura institucional. Fue presidente del Instituto Municipal de la Gaita Ricardo Aguirre (IMGRA) y hoy dirige la Fundación Nacional de la Gaita “Gaiteros de Corazón”, creada con respaldo oficialista.
En julio aseguraba que “los gaiteros no son políticos”. En agosto, declaró: “Nos alistamos para defender nuestra patria”. Esa contradicción lo desnuda: de pregonar independencia cultural a convertirse en ficha de propaganda.

Jaime Indriago
Conocido como La voz de la Navidad. Su canto de siempre fue símbolo de ternura familiar y fiestas decembrinas. Pero en la Plaza Bolívar dejó el tono gaitero para sumarse al discurso oficialista de un regimen: “Estamos unidos por la patria, defendiendo nuestra identidad e historia”.
El riesgo para Indriago es claro: la voz que emocionaba en diciembre hoy se asocia más al poder que al pueblo.

Argenis Sánchez
Ex Rincón Morales y Gran Coquivacoa, respetado compositor e intérprete. En el acto oficialista proclamó: “Damos un paso al frente por la soberanía”.
Un artista que alguna vez representó la tradición gaitera ahora se presta para un libreto político. Su credibilidad frente al público zuliano queda en entredicho.

El golpe que siente el pueblo
Las reacciones en Maracaibo fueron inmediatas:
- “La gaita siempre fue protesta, no propaganda”.
- “Esto es traición cultural”.
- “Si Ricardo Aguirre reviviera, se volvería a morir”.
No es solo indignación digital. Es el reflejo de un pueblo que sabe que la gaita pertenece a su memoria, no al oficialismo.
El día después del régimen
Estos tres nombres tendrán que dar la cara cuando el poder se derrumbe, porque el poder siempre se derrumba.
- ¿Podrán subirse a una tarima sin escuchar el reclamo del público?
- ¿Quién los aplaudirá en las plazas cuando el pueblo recuerde que cambiaron un legado por un regimen?
- ¿Cómo responderán cuando se les pregunte por qué vendieron su canto protesta?
La gaita es identidad zuliana, y la identidad no se compra ni se vende.
Conclusión:
Méndez, Indriago y Sánchez decidieron pararse del lado del régimen. Pero la gaita, esa que nació libre, popular y crítica no se arrodilla ante nadie.
El pueblo zuliano, que tiene memoria larga ya los juzga. Y cuando la historia pase factura, no habrá uniforme que tape la vergüenza de haber traicionado al canto de protesta más poderoso de Venezuela.
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